Dado el trabajo de su segundo marido, el arqueólogo Max Mallowan,en una de sus expediciones , descubrió unos marfiles enterrados debajo de un palacio, con más de 3000 años de antigüedad en una antigua ciudad asiria de Nimrud.. Agatha pasaba largas temporadas acompañando a su marido y en esta ocasión , al toparse con las piezas, tuvo una genial idea : aplicar la misma crema de cara para limpiar las tallas de marfil y usar un fino palo o aguja de tejer punto para desincrustar las grietas.
Algo impensable hoy por hoy , pero que entonces resultó.
De cualquier forma , por las manos de Agatha podríamos decir que pasó un pedazo de historia de las antiguas civilizaciones de Oriente Próximo.
Actualmente el museo Británico ofrece la oportunidad de mostrar
el tesoro de dichos marfiles.
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